¿Tu empresa tiene 20 o más empleados? ¿Hacéis compras de forma periódica?
Escríbenos a: grandescuentas@bruneau.es y un comercial de grandes cuentas de tu zona se pondrá en contacto contigo
Escríbenos a: grandescuentas@bruneau.es y un comercial de grandes cuentas de tu zona se pondrá en contacto contigo
Las plastificadoras son uno de los productos más empleados tanto en oficinas como en hogares para proteger documentos importantes de todo tipo, ya sean informes, presentaciones para el colegio o fotografías de las últimas vacaciones. Su función se limita en forrar documentos por ambas caras gracias a fundas de plástico que quedan selladas por los bordes con calor una vez pasan a través de la máquina. De esta forma, se crea una barrera resistente con la que preservar la integridad del documento frente a el deterioro causado por factores como el uso frecuente, la humedad, el polvo y la exposición a la luz solar.
Con la plastificación se garantiza que los documentos se mantengan legibles, además de impedir cualquier cambio no autorizado que se pretenda hacer en el contenido. En esta guía, detallamos todos los detalles que habría que tener en cuenta a la hora de escoger la plastificadora más adecuada.
Cuando se trata de elegir la plastificadora adecuada, uno de los primeros factores que debemos considerar es el tamaño de los documentos que puede manejar el producto. Existe una gran variedad de opciones por lo que es importante ser conscientes de nuestras necesidades reales antes de tomar una decisión final.
Para documentos de tamaño estándar, una plastificadora de ranura estrecha sería más que suficiente. Estos modelos están diseñados específicamente para trabajar con documentos en formato A4 (21 x 29,7 cm) y también pueden adaptarse a formatos más pequeños, como tarjetas de presentación o identificaciones. Las plastificadoras estándar son las opciones más habituales en el mercado, por lo que sería fácil encontrar opciones que se ajusten a estos casos.
Por otra parte, cuando se trata de plastificar documentos de mayor tamaño, como pósteres o planos en formato A3 (29,7 x 42 cm), es recomendable contar con una plastificadora con una abertura más ancha adaptada a este tamaño. Gracias a estas alternativas es posible plastificar grandes formatos sin la necesidad de dividir el documento con un instrumento de corte en secciones más pequeñas que puedan afectar a su funcionalidad o estética.
Independientemente del tamaño del documento, también hay que considerar la capacidad que puede tolerar la plastificadora, es decir, qué cantidad de documentos puede procesar en un período de tiempo concreto con fluidez y sin interrupciones. Este factor es realmente útil en escenarios donde se hace un uso recurrente de la máquina o en los que sea necesario plastificar una gran cantidad de documentos.
Otro aspecto a considerar a la hora de seleccionar una plastificadora, es el grosor de las fundas de plastificación. Las fundas de plastificación están disponibles en diferentes grosores, que van desde las más delgadas hasta las más gruesas, y estas a su vez determinan el nivel de protección del que se beneficiarán los documentos. Elegir uno u otro dependerá del resultado que queramos y el uso previsto para los documentos plastificados.
Las fundas delgadas están diseñadas para proporcionar una protección básica. Se suele utilizar para documentos que se quieren preservar, aunque solo durante un periodo de tiempo concreto, como listas de precios o avisos que puedan ser reemplazados con frecuencia. Una de las ventajas que ofrecen estas fundas es un resultado final flexible. Una vez plastificados, estos documentos se pueden enrollar o manipular tanto como sea necesario.
A diferencia de las fundas delgadas, las de grosor medio crean una capa de protección extra muy útil contra rasguños, dobleces o daños por manipulación frecuente. Son la mejor opción para documentos de uso recurrente, como guías de referencia o manuales. Estas fundas de plastificación ofrecen resultados más rígidos, aunque con la flexibilidad suficiente como para todavía poder manipularse con comodidad.
Cuando hablamos de documentos con un alto valor práctico o emocional que queremos conservar durante largos periodos de tiempo, es mejor contar con la máxima protección que ofrecen las fundas de plastificación gruesas. Esta alternativa ofrece una barrera sólida contra derrames líquidos, rasguños de uso frecuente y otros factores que puedan causar su deterioro. Aunque ofrecen un acabado más rígido que las anteriores, los documentos podrán contar con la protección esperada.
Un detalle interesante a tener en cuenta, es que algunas plastificadoras tienen la capacidad de configurarse para trabajar con diferentes niveles de grosor, una característica muy útil en escenarios con varias necesidades. Además, algunos modelos compatibles con fundas de plastificación de 250 micras suelen funcionar también con grosores inferiores. Una opción más versátil con la que permite ir jugando según las necesidades del proyecto.
Dependiendo del flujo de trabajo, un factor como la velocidad de laminación puede ser determinante para mantener los niveles de productividad. No es lo mismo contar con una plastificadora en una oficina con mucho movimiento o un entorno doméstico donde suele ser menos frecuente.
En oficinas con un flujo constante de trabajo donde esta tarea puede ser una actividad frecuente y necesaria, contar con una plastificadora rápida permite procesar grandes volúmenes en el menor tiempo posible. La productividad no se verá alterada y los trabajadores podrán cumplir con sus responsabilidades. Es recomendable que la plastificadora tenga un tiempo de calentamiento de entre 1 y 3 minutos para que esté lista inmediatamente.
Por otra parte, cuando hablamos de entornos domésticos el uso de las plastificadoras suele ser para proyectos puntuales o pequeñas tareas relacionadas con la organización del hogar. En estos casos, la velocidad de la máquina no suele ser tan crítica y podemos optar por modelos con un tiempo de calentamiento más moderado, a no ser que queramos liberar tiempo para dedicarlo a otras actividades. Para usos ocasionales, un calentamiento que no exceda los 5 minutos suele ser suficiente.
En cualquiera de estos dos escenarios, contar con una plastificadora sencilla que ofrezca una interfaz intuitiva, con controles claros y fácil de entender para usuarios de todos los niveles, ayudará a agilizar las tareas de plastificación y minimizarán la posibilidad de cometer errores durante el proceso.
La gran mayoría de las plastificadoras del mercado también disponen de configuraciones avanzadas diseñadas específicamente para mejorar la experiencia del usuario en términos de calidad del resultado final y eficacia del proceso de plastificación. Estas funciones permiten una mayor precisión y control sobre el resultado final, así como evitar posibles problemas como burbujas de aire o arrugas en el documento plastificado.
Una de las características más destacadas en muchas plastificadoras es la capacidad de ajustar la temperatura de la plastificación. Este detalle resulta muy útil cuando se trabaja con documentos sensibles al calor, como fotografías o impresiones de inyección de tinta. En estos casos, utilizar temperaturas más bajas puede ayudar a prevenir daños o deformaciones en el material. Por otra parte, para documentos gruesos, como tarjetas de presentación o cartulinas, es posible que se requieran temperaturas más altas con las que el laminado se adhiera correctamente.
Algunos modelos de plastificadoras cuentan con sistemas de alimentación automática de papel con los que facilitar la carga y el posicionamiento de los documentos dentro de la máquina. Esta automatización ayuda a que los documentos se introduzcan suavemente en la plastificadora, reduciendo posibles atascos y mejorando la calidad de los resultados.
Los sensores de detección de atascos alertan al usuario si se produce un atasco de papel inesperado durante el proceso de plastificación. Estos dispositivos son muy útiles para prevenir daños tanto en la máquina como en los documentos, ya que emiten una alerta visual o sonora para que el usuario intervenga rápidamente para solucionar el problema.
Del mismo modo, es posible contar con otras características que mejoren la eficiencia, como opciones para plastificar el documento con o sin márgenes para acabados específicos o para aquellos documentos que deben recortarse tras la plastificación. Algunas también ofrecen ajustes de reversión que permiten al usuario revertir el proceso de plastificación ante cualquier atasco. Una forma rápida y sencilla de corregir problemas durante el proceso.
Todas estas funciones avanzadas proporcionan un mayor control sobre el proceso de plastificación para aquellos entornos donde es usual realizar esta tarea. Permiten a los usuarios adaptar la configuración de la plastificadora a sus necesidades.
La portabilidad puede ser un factor determinante para aquellos que tienen intención de utilizar la plastificadora no en un único espacio sino en lugares diferentes. En estos casos, es recomendable optar por un modelo compacto que no pese demasiado para poder transportarlo de un lado a otro con comodidad. Las plastificadores portátiles suelen ser pequeñas y ligeras, además de incluir en algunos modelos la posibilidad de funcionar con baterías para una mayor libertad de movimiento, sobre todo en lugares donde es difícil contar con tomas de corriente.
Es recomendable elegir modelos de plastificadoras que estén fabricados con plásticos duraderos y componentes metálicos que sean capaces de resistir el uso continuo sin desgastarse rápidamente. Al buscar una plastificadora, es importante revisar las especificaciones del fabricante y buscar reseñas de otros usuarios siempre para tomar una decisión informada.
Por otra parte, es importante utilizar las fundas de plastificación adecuadas, tanto en cantidad como en grosor, para obtener laminados de calidad que protejan tanto los documentos como la máquina. Utilizar fundas de plastificación de mala calidad o no compatibles puede causar atascos y daños en los rodillos de la plastificadora.
Además de utilizar las fundas correctas, también se debe llevar un mantenimiento adecuado siguiendo las recomendaciones del fabricante en cuanto a limpieza y cuidado del equipo. Esto puede implicar limpiezas periódicas de los rodillos de plastificación para eliminar posibles residuos de adhesivo y papel, además de lubricar las partes móviles de la plastificadora para un funcionamiento suave y sin fricción que cause desgaste en los componentes.
Los diferentes puntos que se han mencionado en esta guía harán más fácil tomar una decisión al seleccionar una plastificadora que se ajuste a necesidades específicas. Cada aspecto, desde el tamaño y la capacidad de la máquina hasta su velocidad y facilidad de uso, ayudará a proteger la integridad de documentos importantes. Permitirán realizar una inversión adecuada que proporcione los resultados que esperamos en cada tarea de plastificación.