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Son muchas las personas que pasan horas frente al ordenador por lo que el impacto que tiene la postura, nos mantengamos sentados o de pie, tanto a nivel físico como mental, sigue siendo un debate abierto. Una postura adecuada, sea cual sea la preferencia, puede ayudar a cuidar de nuestra columna vertebral, circulación sanguínea, respiración y concentración. Del mismo modo, se recomienda mover el cuerpo de manera constante para evitar que los músculos se tensen y desarrollar posibles problemas futuros relacionados con el sedentarismo.
Por tradición, lo más habitual en una oficina es realizar las tareas sentados en una silla, lo que da una sensación de estabilidad y comodidad que muchas personas creen necesaria para concentrarse. Sin embargo, aunque los espacios de trabajo ergonómicos ya están diseñados para ajustar nuestra postura, la falta de movimiento también puede llegar a provocar fatiga muscular.
En los últimos años, la tendencia de trabajar de pie se ha convertido en una opción popular con cada vez más adeptos. Esta alternativa puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea, pero también puede provocar mala postura al no disponer el cuerpo del apoyo adecuado.
Entonces, ¿qué opción elegir? Evelyne Yalbir, ergónoma del gabinete Ergonomades, señala que pasar al menos el 20% del día de pie en lugar de sentado puede ser beneficioso para la salud general de los empleados.
En lugar de limitarnos a una única postura, es más recomendable alternar entre trabajar sentados y de pie a lo largo de la jornada laboral. De esta manera, aprovechamos los beneficios de ambas posturas al mismo tiempo que mantenemos nuestro cuerpo en movimiento.
Alternar entre estar sentado y de pie ofrece una serie de ventajas que contribuyen tanto a la salud física como mental. Esto se debe a que ayuda a mejorar la circulación sanguínea, lo que a su vez reduce los riesgos de hinchazón y problemas cardiovasculares. Además, al mantener los músculos en movimiento, se previene la fatiga muscular. También ayuda a prevenir problemas de salud a largo plazo asociados al sedentarismo, como la obesidad y los dolores crónicos de espalda.
Por otro lado, la variación de posturas durante la jornada laboral puede tener un impacto positivo en la concentración, productividad y creatividad del usuario. Al romper la monotonía de estar en la misma posición todo el tiempo, se mantiene la mente alerta y receptiva que puede facilitar la generación de nuevas ideas.
Además de alternar entre posturas, es importante integrar descansos activos en nuestra rutina para mantenernos productivos mientras trabajamos. Estos descansos son simplemente micro-pausas de 1 a 2 minutos en las que realizar actividades que ayuden al movimiento y el estiramiento del cuerpo.
Realizar estiramientos periódicos puede contribuir a aliviar la tensión muscular y mejorar la flexibilidad. Pueden dirigirse a diferentes grupos musculares, como el cuello, los hombros, la espalda y las piernas, para contrarrestar los efectos negativos de estar sentados o de pie durante varias horas.
También, tomar paseos cortos alrededor de la oficina o al aire libre permite activar el cuerpo y despejar la mente, del mismo modo que incorporar ejercicios de respiración profunda durante los descansos puede ser beneficioso para reducir el estrés y mejorar la concentración.
A la hora de elegir mobiliario o accesorios ergonómicos que permitan cambiar entre posturas a lo largo del día, es importante tener en cuenta que puedan ajustarse a la altura y necesidades específicas del usuario.
Cuando se trata de manejar documentos, el escritorio debe permitir leer y trabajar con ellos estando de pie sin forzar la postura. Para ello, los escritorios regulables en altura son clave, suelen ofrecer un rango de ajuste entre los 68 y los 135 cm para que los usuarios puedan adaptar la superficie de trabajo a la altura más adecuada para ellos.
Dado que la intención es ir alternando entre posturas, también es esencial disponer de una silla ergonómica de calidad que proporcione el apoyo necesario para descansar los músculos y mantener una postura correcta durante horas de trabajo sentados. Debe contar con características como ajuste de altura, apoyo lumbar y reposabrazos ajustablespara ayudar a reducir la presión sobre la columna vertebral de manera cómoda
Las alfombrillas antifatiga son accesorios que se adaptan tanto al trabajo de pie como al sentado. Están fabricadas con materiales que ofrecen una amortiguación suave y soporte adecuado para reducir la fatiga y el malestar en los pies, las piernas y la espalda. Al ser una superficie acolchada, ayudan a mejorar la comodidad y la salud postural.
Por último, el material de oficina debe ser accesible y estar al alcance de la mano, sobre todo aquel que se utiliza con frecuencia. Utilizar sistemas de almacenamiento como cajoneras y armarios cercanos al puesto de trabajo puede ayudar a mantener el espacio ordenado y facilitar el acceso a los documentos y suministros necesarios sin hacer movimientos extraños o interrumpir las tareas en curso. Esto mejora tanto la productividad como reduce el riesgo de lesiones relacionadas con el movimiento repetitivo o la mala postura.
En resumen, alternar entre trabajar sentado o de pie, junto con descansos activos y el uso de mobiliario ergonómico, puede marcar una gran diferencia en nuestra salud física y mental tanto a corto como a largo plazo. La clave está en encontrar un equilibrio que permita mantenernos activos y concentrados a lo largo de la jornada laboral. Al invertir en opciones que promuevan una postura saludable y faciliten la transición entre diferentes posiciones, es posible mejorar la productividad, concentración y bienestar general de los trabajadores.